Wednesday, November 30, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 30/11


Noviembre 30

Cita en el Paraíso

En el año 2010, se inició otra conferencia mundial, la mil y una, en defensa del medio ambiente.
Como de costumbre, los exterminadores de la naturaleza le recitaron poemas de amor.
Ocurrió en Cancún. Mejor lugar, imposible.
A primera vista, Cancún es una tarjeta postal, pero esta vieja aldea de pescadores se ha convertido, en el último medio siglo, en un modernoso y gigantesco hotel de treinta mil habitaciones, que en el camino de su prosperidad ha aplastado los médanos, los lagos, las playas vírgenes, los bosques vírgenes, los manglares y todos los obstáculos que la naturaleza oponía a su exitoso desarrollo. Hasta la arena de las playas ha sido sacrificada, y ahora Cancún compra arena ajena.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 29/11


Noviembre 29

Campeonato mundial del terror

En el desprecio por la vida humana, Hitler era imbatible; pero tuvo competidores.


En el año 2010, el gobierno ruso reconoció oficialmente que había sido Stalin el autor de la matanza de catorce mil quinientos prisioneros polacos en Katyn, Kharkov y Miednoje. Los polacos habían sido fusilados por la nuca en la primavera de 1940, y el crimen había sido siempre atribuido a la Alemania nazi.

En 1945, cuando ya era más que evidente la victoria de los aliados, la ciudad alemana de Dresden y las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas hasta la última piedra. Las fuentes oficiales de las naciones victoriosas dijeron que esos eran objetivos militares, pero los miles y miles de muertos fueron todos civiles, y entre las ruinas no apareció ni una honda para cazar pajaritos.


>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 28/11


Noviembre 28

El hombre que enseñaba aprendiendo

En el año 2009, el gobierno de Brasil pidió disculpas a Paulo Freire. El no pudo agradecer el gesto, porque llevaba doce años de muerto.
Paulo había sido el profeta de una educación solidaria. En sus comienzos, daba clases bajo un árbol. Había alfabetizado a miles y miles de obreros del azúcar, en Pernambuco, para que fueran capaces de leer el mundo y ayudaran a cambiarlo.
La dictadura militar lo metió preso, lo echó del país y le prohibió el regreso.
En el exilio, Paulo anduvo mucho mundo. Cuanto más enseñaba, más aprendía.
Hoy, trescientas cuarenta escuelas brasileñas llevan su nombre.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Sunday, November 27, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 27/11


Noviembre 27

Cuando ardieron las aguas de Río de Janeiro

En 1910, culminó la rebelión de la marinería brasileña. Los sublevados habían amenazado, mediante cañonazos de advertencia, a la ciudad de Río de Janeiro:
—Basta de azotes, o haremos polvo la ciudad.
A bordo de los buques de guerra, los latigazos eran costumbre, y con frecuencia morían los castigados.
Y al cabo de cinco días triunfó el motín, y los látigos fueron arrojados al fondo de las aguas, y los parias de la mar desfilaron, aclamados, por las calles de Río.
Un tiempo después, el jefe de la insurrección, Joáo Candido, hijo de esclavos, almirante por decisión de los sublevados, volvió a ser marinero raso.
Y un tiempo después, fue expulsado. Y un tiempo después, fue preso.
Y un tiempo después, fue encerrado en el manicomio.

Él tiene su monumento, dice una canción, en las piedras pisadas de los muelles.


>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Saturday, November 26, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 26/11


Noviembre 26

Laura y Paul

Cuando Karl Marx leyó El derecho a la pereza, sentenció:
—Si esto es marxismo, yo no soy marxista.
El autor, Paul Lafargue, parecía más anarquista que comunista, y revelaba una sospechosa tendencia a la locura tropical.
Tampoco para yerno le gustaba este cubano de color no muy clarito:
—La intimidad excesiva está fuera de lugar —le advirtió, por escrito, desde que Paul inició peligrosos avances sobre su hija Laura, y solemnemente agregó:
—Es mi deber interponer mi razón ante su temperamento criollo.
La razón fracasó.
Laura Marx y Paul Lafargue compartieron la vida durante más de cuarenta años.

Y en la noche de hoy del año 1911, cuando la vida ya no era vida, en su cama de siempre viajaron, abrazados, el último viaje.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Friday, November 25, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 25/11


Noviembre 25

Día contra la violencia doméstica

En la selva del Alto Paraná, las mariposas más lindas se salvan exhibiéndose. Despliegan sus alas negras, alegradas a pinceladas rojas o amarillas, y de flor en flor aletean sin la menor preocupación. Al cabo de miles y miles de años de experiencia, sus enemigos han aprendido que esas mariposas contienen veneno. Las arañas, las avispas, las lagartijas, las moscas y los murciélagos miran de lejos, a prudente distancia.
El 25 de noviembre de 1960, tres militantes contra la dictadura del generalísimo Trujillo fueron apaleadas y arrojadas a un abismo en la República Dominicana. Eran las hermanas Mirabal. Eran las más lindas, las llamaban mariposas.

En su memoria, en memoria de su belleza incomible, hoy es el Día mundial contra la violencia doméstica. O sea: contra la violencia de los trujillitos que ejercen la dictadura dentro de cada casa.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 24/11


Noviembre 24

Abuela

En 1974, sus huesos aparecieron en las colinas pedregosas de Etiopía.
Sus descubridores la llamaron Lucy.
Gracias a la tecnología más avanzada, pudieron calcularle la edad, unos tres millones ciento setenta y cinco mil años, día más, día menos, y también la estatura: era más bien bajita, medía un metro y poco.
Lo demás fue deducido, o quizás adivinado: tenía el cuerpo bastante peludo, ya no caminaba en cuatro patas pero se balanceaba en andares de chimpancé, con las manos casi rozando el suelo, y más que el suelo le gustaban las copas de los árboles.
Quizás había muerto ahogada en un río.
Quizás huía de un león o de algún otro desconocido que se mostró interesado por ella.
Había nacido mucho antes que el fuego y la palabra, pero quizás hablaba ya un lenguaje de gestos y ruidos que quizá decían, o querían decir, pongamos por caso,

tengo frío,
tengo hambre,
no me dejen sola.”

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Wednesday, November 23, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 23/11


Noviembre 23

Abuelo

Hoy salió de la imprenta, en 1859, el primer ejemplar de “El origen de las especies”, de Charles Darwin.
En el manuscrito original, el libro había tenido otro nombre. Se llamaba “Zoonomia”, en homenaje a una obra del abuelo de Charles, Erasmus Darwin.
Don Erasmus había engendrado catorce hijos y varios libros. Y setenta años antes que su nieto, había advertido que todo lo que en la naturaleza brota, navega, camina o vuela tiene un origen común, y ese origen común no es la mano de Dios.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Tuesday, November 22, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 22/11


Noviembre 22

Día de la música

Según cuentan los memoriosos, en otros tiempos el sol fue el dueño de la música, hasta que el viento se la robó. Desde entonces, para consolar al sol, los pájaros le ofrecen conciertos al principio y al fin de cada día.
Pero los alados cantores no pueden competir con los rugidos y los chillidos de los motores que gobiernan las grandes ciudades. Ya poco o nada se escucha el canto de los pájaros. En vano se rompen el pecho queriendo hacerse oír, y el esfuerzo por sonar cada vez más alto arruina sus trinos.

Y ya las hembras no reconocen a sus machos. Ellos las llaman, virtuosos tenores, irresistibles barítonos, pero en el barullo urbano no se distingue quién es quién, y ellas terminan aceptando el abrigo de alas extrañas.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 21/11


Noviembre 21

El partido más triste de la historia

En 1973, Chile era un país prisionero de la dictadura militar, y el Estadio Nacional se había convertido en campo de concentración y en cámara de torturas.
La selección chilena iba a disputar, contra la Unión Soviética, un partido decisivo para clasificar a la Copa del Mundo.
La dictadura de Pinochet decidió que el partido debía disputarse en el Estadio Nacional, sí o sí.
Los presos que el estadio encerraba fueron trasladados de apuro y las máximas autoridades del fútbol mundial inspeccionaron la cancha, césped impecable, y dieron su bendición.
La selección soviética se negó a jugar.
Asistieron dieciocho mil entusiastas, que pagaron entrada y ovacionaron el gol que Francisco Valdés metió en el arco vacío.

La selección chilena jugó contra nadie.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Sunday, November 20, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 20/11


Noviembre 20

Niños que dicen

Hoy es el Día de la infancia.
Salgo a caminar y me cruzo con una nena de dos años, o poco más, esa edad en la que todos somos paganos.
La nena viene brincando, saludando al verderío:
¡Hola, pastito!
—¡Buen día, pastito!
Después, se detiene a escuchar a los pájaros que cantan en la copa de un árbol. Y los aplaude.

Y al mediodía de este día, un niño de unos ocho años, nueve quizá, me trae a casa un regalo.
Es una carpeta llena de dibujos.
El regalo viene de los alumnos de una escuela montevideana, del barrio del Cerrito de la Victoria. Y el joven artista me lo ofrece explicando:

—Estos dibujos somos nosotros.


>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 19/11


Noviembre 19

El musgo y la piedra

Al amanecer de este día de 1915, Joe Hill fue fusilado en Salt Lake City.
Este extranjero agitador, que había cambiado dos veces de nombre y mil veces de oficio y de domicilio, había cometido las canciones que acompañaban las huelgas obreras en los Estados Unidos.
En la última noche, pidió a sus compañeros que no perdieran tiempo llorándolo:

Mi última voluntad es fácil de decir, porque no dejo herencia para dividir:
Mi libertad es todo lo que queda. No cría musgo la piedra que rueda.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Friday, November 18, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 18/11


Noviembre 18

El Zorro nació cuatro veces

En 1615 nació por primera vez. Se llamó William Lamport, fue pelirrojo, fue irlandés.
Y nació nuevamente cuando cambió de nombre y de patria, y fue Guillén Lombardo, español, capitán de la Armada española.
Y por tercera vez nació convertido en héroe de la independencia de México, y en el año 1659 fue condenado a la hoguera, y se ahorcó antes de morir en la deshonra del fuego.
Resucitó en el siglo veinte. Se llamó Diego de la Vega, que se enmascaraba y era el Zorro, espadachín justiciero de los desamparados, que marcaba con una Z la huella de su paso. Douglas Fairbanks, Tyrone Power, Alain Deilon y Antonio Banderas empuñaron su espada en Hollywood.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Thursday, November 17, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 17/11


Noviembre 17

El otro oído

Hoy murió, en 1959, el músico brasileño Heitor Villalobos. Él tenía dos oídos, uno de adentro y otro de afuera.
En sus años mozos, cuando se ganaba la vida tocando el piano en algún putero de Río de Janeiro, Villalobos se las arreglaba para ir componiendo sus obras, como si tal cosa: cerraba el oído de afuera a la barahúnda de carcajadas y bebederas, y el oído de adentro se abría para escuchar, nota tras nota, su música naciente.

Después, en los años maduros, el oído de adentro fue su refugio contra los insultos del público y los venenos de los críticos.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.
http://andrescasciani.com/

Wednesday, November 16, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 16/11


Noviembre 16

Un averiguador de la vida

Como era muy miope, no tuvo más remedio que inventar lentes que fundaron la óptica moderna y un telescopio que descubrió una estrella nueva.
Y como era muy mirón, mirando un copo de nieve en la palma de su mano vio que el alma del hielo era una estrella de seis picos, seis, como seis son los lados de las celdillas de las abejas en los panales, y con los ojos de su razón vio que la forma hexagonal sabe usar el espacio de la mejor manera.
Y en el balcón de su casa vio que no era circular el viaje de sus plantitas en busca de la luz, y dedujo que quizá tampoco era circular el viaje de los planetas alrededor del sol, y su telescopio se puso a medir las elipses que describen. Viendo, vivió.
Cuando dejó de ver murió, en este día de 1630. La lápida de Johannes Kepler dice:

“Medí los cielos. Ahora, las sombras mido”.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Tuesday, November 15, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 15/11


Noviembre15

Hugo Blanco nació dos veces

En el Cuzco, en 1934, Hugo Blanco nació por primera vez. Llegó a un país, Perú, partido en dos.
El nació en el medio.
Era blanco, pero se crió en un pueblo, Huanoquite, donde hablaban quechua sus compañeros de juegos y andanzas, y fue a la escuela en el Cuzco, donde los indios no podían caminar por las veredas, reservadas a la gente decente.
Hugo nació por segunda vez cuando tenía diez años de edad. En la escuela recibió noticias de su pueblo, y se enteró de que don Bartolomé Paz había marcado a un peón indio con hierro candente. Este dueño de tierras y gentes había marcado a fuego sus iniciales, BP, en el culo del peón, llamado Francisco Zamata, porque no había cuidado bien las vacas de su propiedad.
No era tan anormal el hecho, pero esa marca marcó a Hugo para siempre.
Y con el paso de los años, se fue haciendo indio este hombre que no era, y organizó los sindicatos campesinos y pagó con palos y torturas y cárcel y acoso y exilio su desgracia elegida.
En una de sus catorce huelgas de hambre, cuando ya no aguantaba más, el gobierno, conmovido, le envió de regalo un ataúd.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Monday, November 14, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 14/11


Noviembre 14

La mamá de las periodistas

En la mañana de hoy de 1889, Nellie Bly emprendió su viaje.
Julio Verne no creía que esta mujercita linda pudiera dar la vuelta al mundo, ella sola, en menos de ochenta días.
Pero Nellie abrazó el planeta en setenta y dos días, mientras iba publicando, crónica tras crónica, lo que veía y vivía.
Este no era el primer desafío de la joven periodista, ni fue el último.

Para escribir sobre México, se mexicanizó tanto que el gobierno de México, asustado, la expulsó.
Para escribir sobre las fábricas, trabajó de obrera.
Para escribir sobre las cárceles, se hizo arrestar por robo. Para escribir sobre los manicomios, simuló locura, y tan bien actuó que los médicos la declararon loca de remate; y así pudo denunciar los tratamientos psiquiátricos que padeció, capaces de volver loca a cualquiera.

Cuando Nellie tenía veinte años, en Pittsburgh, el periodismo era cosa de hombres.
En aquel entonces, ella cometió la insolencia de publicar sus primeras crónicas.
Treinta años después publicó las últimas, esquivando balas en la línea de fuego de la primera guerra mundial.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Semillas en la FAD




Así cerrábamos el 24/10 la exposición "Semillas" (Derechos Humanos Ilustrados por Andrés Casciani) en el Nuevo Buffet de los Estudiantes (Edificio de Gobierno de la FAD - UNC)

*Nos acompañó musicalmente el dúo "Habrá Sol"
- organizado por AgrupArte Centro de Estudiantes - siempre apoyando las causas humanitarias.

* agradezco de corazón a los miembros de Agruparte por un momento de tanto respeto y creatividad - la EDUCACIÓN PÚBLICA de calidad les debe muchísimo a luchadores como ustedes.
- especial agradecimiento a Adriana Bruce, sin cuyo compromiso y capacidad de trabajo nada de esto hubiera sido posible.
*fotografía: cortesía de AgrupArte Centro de Estudiantes







Pintando en vivo


Andrés Casciani pintando en vivo 

- degustación organizada por FeCoVitA en Hotel Estancia Mendoza (29-10-16)



Sunday, November 13, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 13/11


Noviembre 13

El papá de Moby Dick

En 1851 se publicó, en Nueva York, la primera edición de “Moby Dick”.
Herman Melville, peregrino de la mar y de la tierra, había publicado algunos libros exitosos, pero Moby Dick, su obra maestra, nunca agotó esa primera edición, y sus obras siguientes no tuvieron mejor suerte.

Melville murió olvidado, cuando bien había aprendido que el éxito y el fracaso son accidentes de dudosa importancia.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Saturday, November 12, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 12/11


Noviembre 12

No me gusta que me mientan

Sor Juana Inés de la Cruz, nacida en el día de hoy de 1651, fue la más.
Nadie voló tan alto en su tierra y en su tiempo.
Ella entró muy joven al convento. Creyó que el convento
era menos cárcel que la casa. Estaba mal informada. Cuando se enteró, ya era tarde; y años después murió, condenada al silencio, la mujer que mejor decía.
Sus carceleros solían prodigarle alabanzas, que ella nunca creyó.
En cierta ocasión, un artista de la corte del virrey de México le pintó un retrato que era algo así como una profecía del photoshop. Ella contestó:

Este, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores, y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido, es una necia diligencia errada, es un afán caduco y, bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.”

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.

Friday, November 11, 2016

Los hijos de los días - Galeano ilustrado por Casciani 11/11


Noviembre 11

Fiódor Dostoievski nació dos veces

Por primera vez nació en Moscú, en el día de hoy de 1821. A fines del año 1849, nació de nuevo, en San Petersburgo. Dostoievski llevaba ocho meses preso, esperando su fusilamiento. Al principio, no quería que ocurriera nunca.
Después, aceptaba que ocurriera cuando tuviera que ocurrir. Y por fin quería que ocurriera cuanto antes, que ocurriera ya, porque peor que la muerte era la espera.
Y así fue hasta la madrugada en que él y los demás condenados arrastraron sus cadenas hasta la plaza Semenovsk, a orillas del río Neva.
Y la voz de mando mandó, y al primer grito los fusila- dores vendaron los ojos de sus víctimas.
Al segundo grito, se escuchó el clic-clac de la carga de las armas.
Al tercer grito, “Apunten”, sonaron súplicas, gemidos, algún llanto; y después, silencio.
Y silencio.
Y más silencio, hasta que en ese silencio de nunca acabar se escuchó que el zar de todas las Rusias, en magnánimo  gesto, había enviado su perdón.

>> Fragmento contenido en el libro "LOS HIJOS DE LOS DIAS", de Eduardo Galeano, Siglo XXI, 2012.
>> Ilustración digital | Andrés Casciani.